Vivienda unifamiliar distribuida en dos plantas y sótano, concebida para combinar funcionalidad, luz y confort. En la planta baja, el salón se presenta en tonos neutros, con protagonismo del gris y el negro en los elementos metálicos. La doble altura acristalada potencia la entrada de luz natural y conecta visualmente con el despacho, generando una sensación de amplitud y continuidad.
La cocina se integra de forma natural con el salón, organizada en torno a una península y acabada en blancos y grises en madera, con encimera de mármol. La habitación principal es un espacio luminoso y equilibrado, donde la simetría y la paleta de beiges y blancos aportan calma y armonía. El baño de matrimonio mantiene esta línea contemporánea en tonos grises y negros, con espejo redondo retroiluminado e inodoro empotrado que crea una práctica repisa de apoyo.
La habitación infantil está pensada para crecer y disfrutar: cuenta con cama doble y una combinación de tonos neutros y rosa. Destaca el cabecero de lamas onduladas de pared a pared, sobre el que se integra un papel pintado de bailarinas. Este dormitorio conecta con su propio baño, diseñado a su escala, en tonos rosas con toques azules y dorados, equipado con bañera y lavabos rosas.
El sótano se concibe como una gran zona de reunión y ocio, con salón, comedor y cocina en una paleta de negros, grises y blancos combinados con madera. Incluye una isla que funciona como espacio de trabajo y mesa, dos sofás y una mesa de comedor. De forma integrada, un cerramiento acristalado alberga la zona de juegos infantil, con una casita de madera blanca equipada con sofá y tobogán, permitiendo que los más pequeños jueguen con libertad sin perder el contacto visual con los adultos.
